Una lucha permanente, una lucha de todos.

¿Cómo describir con palabras un sentimiento tan fuerte, que duele en el estómago pero que vibra en la piel? ¿Cómo lograr la justicia en un país que perdona? ¿Cómo alzar la voz cuando nos callan? La violencia de género es un fenómeno estructural, sociológico, antropológico y cultural. En México cada día son asesinadas 10 mujeres, en México va a la cárcel una mujer que aborta antes que un candidato violador; el 97% de los feminicidios quedan impunes y cada 4 minutos una mujer es violada; la brecha salarial entre mujeres y hombres es una de las más amplias entre países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Exigimos seguridad y la exigimos con perspectiva de género, tenemos que frenar los feminicidios y fortalecer las instituciones para lograr denunciar la violencia hacia las mujeres; tenemos que reconocer el movimiento feminista, que es una voz colectiva. 

Se trata de algo que va más allá de un movimiento, se trata de una lucha permanente por recordar y conmemorar las vidas de aquellas que ya no están con nosotros, de aquellas que lucharon para que hoy nosotras estemos aquí presentes, alzar la voz juntas por quienes ya no tienen la suya, cada vez más fuerte; de no callarnos y no permitir que este tipo de injusticias sucedan más. De lograr un cambio en nuestro hacer diario; de enaltecer la importancia de las mujeres en nuestro día a día, su manera de cuidar de la familia, de trabajar la tierra, de dar cariño, de partirse en mil y un pedazos para siempre complacer a todos, de impulsar su trabajo, su dedicación y su fuerza.

Hoy más que nunca debemos de abrir esos espacios de diálogo para hablar del tema, sin necesidad de guardarlo y que todos escuchen, lo que está sucediendo es una realidad. Debemos de escuchar a las mujeres, reflexionar sobre nuestras conductas, informarnos lo más que podamos y educarnos a cambiar. Es una lucha que no la podemos llevar a cabo solas, necesitamos de todos, de cada uno de ustedes para lograr un cambio. Amiga mía estoy contigo, madre querida no me voy, hija te acompaño y juntos caminemos de la mano. 

Un tributo a esa mujer que tanto color le pone a nuestras vidas, que con tanta luz alumbra nuestros días, que con su voz bailamos como si fuera música y con sus brazos nos da la mejor cobija, esa mujer que con su sonrisa nos guía en el camino y da paz con solo su presencia; a ti mujer que adoramos, alabamos; hoy y siempre te admiramos. 

Tenemos que ser libres, vivir felices, sin miedo, sin límites, seguras de nosotras mismas y con mucha mucha fuerza. Hoy te quiero decir a ti que formas parte de una lucha muy importante en un momento histórico, porque hoy todos somos uno, hoy, nos unimos más fuerte que nunca para alzar la voz y luchar juntos, esto es una lucha permanente, es una lucha de todos.

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Ilustración por @ale_sketch, visita su perfil haciendo click aquí